Un 20 por ciento de los pacientes ingresados en grandes hospitales precisan cuidados paliativos, según ha asegurado el director de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Sant Pau de Barcelona, Antonio Pascual, durante su participación en un curso organizado por la Universidad de La Coruña y promovido por la Dirección de Asistencia Santaria del Sergas.
Allí, el experto ha recordado que este tipo de asistencia integral al final de la vida habitualmente se ha centrado en hospitales socio-sanitarios o de media-larga estancia. «Existen numerosas evidencias científicas del importante alivio ofrecido por los equipos de cuidados paliativos tanto en el domicilio como en el hospital», ha señalado para recordar que la Sociedad Europea de Cuidados Paliativos «recomienda que existan entre 80-100 camas de cuidados paliativos por cada millón de habitantes, un equipo domiciliario por cada 100.000 habitantes y un equipo paliativo en cada hospital con más de 250 camas».
De hecho, la Estrategia en Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud estima que entre el 50 por ciento 65 por ciento de las personas que fallecen en España necesitarán cuidados paliativos. «Todos los profesionales que atienden a estos pacientes tanto en Atención Primaria como en hospitales deben estar preparados para ofrecer estos cuidados», ha destacado Pascual.
Además, ha proseguido, en situaciones de complejidad deben intervenir los equipos específicos de cuidados paliativos. La complejidad viene determinada fundamentalmente por situaciones clínicas difíciles como dolores y otros síntomas intensos, urgencias, crisis de angustia existencial, dificultades para el cuidado familiar o conflictos éticos.
Asimismo, durante la reunión ha intervenido el coordinador de la Estrategia Balear de Cuidados Paliativos y coordinador del Grupo de Espiritualidad de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), Enric Benito, quien ha asegurado que el modelo biomédico que predomina en la atención sanitaria en general, e «impregna» también los cuidados paliativos, se ha centrado fundamentalmente en los aspectos orgánicos de la enfermedad y sólo recientemente está apareciendo un interés creciente por explorar y atender las dimensiones subjetivas del proceso de enfermar y de morir.
«El ‘dolor total’ o sufrimiento, tiene aspectos que no pueden ser tratados y aliviados con los fármacos habituales. El dolor y el sufrimiento nos demandan aproximaciones e intervenciones completamente diferentes. El cambio más importante es descubrir que ante el sufrimiento no hay que actuar, no es algo que podamos resolver con un tratamiento, no responde a la categoría de los problemas», ha señalado Benito.
Dicho esto, ha destacado la necesidad de que en el entorno de los cuidados paliativos se traten a las personas desde una perspectiva «integral», facilitando las condiciones necesarias para que intentar que el final de la vida sea «sin dolor» y sin «miedo».
Fuente: Europapress.es