La motivación por la belleza y la creatividad del paciente que afronta el final de su vida no es incompatible con la situación en la que se encuentra. Al realizar actividades artísticas que despierten su sensibilidad y le conecten con un universo emocional gratificante, la persona puede aprender a desarrollar otra manera de sobrellevar el sufrimiento.
Parece demostrado que despertar esta capacidad influye de manera muy positiva en la serenidad, la relajación y la autoestima del enfermo y que mejora la comunicación con aquellos que le rodean. Por otra parte, según los expertos, puede ser un instrumento para aliviar el duelo de la familia y ayudarla a despedirse.
Conscientes de los beneficios de la arteterapia al final de la vida, el Hospital de Sant Pau de Barcelona implantó en el año 2004 esta disciplina dentro de su unidad de cuidados paliativos. Y para dar a conocer y poner en valor el trabajo de todos estos años, el servicio de paliativos del centro sanitario ha organizado una exposición titulada ‘Luz Profunda’.
La muestra, que podrá visitarse hasta el próximo 21 de julio, recoge 60 obras creadas por pacientes (8 de ellos ya fallecidos), sus familias y también por artistas profesionales.
Todas ellas fueron gestadas en el transcurso de los talleres.
Además de la importancia esta loable iniciativa, en la que la imagen juega un papel terapéutico esencial, el doctor Antonio Pascual, director de la Unidad del Hospital, tiene como objetivo difundir a través del arte la relevancia de los cuidados paliativos. “A pesar del tiempo que llevan desarrollándose, siguen siendo desconocidos”, apunta Pascual.
Para los allegados de los pacientes, la experiencia ha sido muy enriquecedora. En muchos casos, lo han visto “como un homenaje a sus seres queridos” y guardan las piezas como un tesoro, digno del más reconocido de los pintores.
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Foto: Captura de pantalla del vídeo sobre la exposición de elmundo.es
Slide: Web del Hospital Sant Pau de Barcelona.