El Día Internacional de la lucha contra el Cáncer en 2015 desvela unas cifras preocupantes para los paciente necesitados de cuidados paliativos. Según informa la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), uno de cada 2 no tiene acceso a cuidados paliativos en el territorio nacional.
Es más, en España, como estima la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), contamos con 458 unidades en lugar de 658 como correspondería por volumen de población. Por comunidades autónomas, Andalucía se encuentra por debajo del número mínimo necesario, situándose 52 unidades por dejado del mínimo necesario.
Otros territorios como La Rioja, Cataluña, Ceuta o Melilla superan el ratio establecido por SECPAL, para cuya organización, serían necesarios 28 millones de euros para poner en marcha las 200 unidades que aún faltan para atender a los pacientes con necesidades paliativas.
Si deseáis conocer más datos, os sugerimos la lectura de este texto redactado por Elena G. Sevillano para El País:
«El informe señala asimismo que contar con unidades específicas para cuidados paliativos puede ahorrar más del 60% del gasto que supone la atención a personas en el final de la vida. Cita un estudio de Gómez Batiste, de 2006, que asegura que estos dispositivos (tanto en unidades hospitalarias como domiciliarias) puede evitar ingresos innecesarios y disminuir la estancia media de los pacientes en el hospital.
Un 30,7% de las personas que requirieron cuidados paliativos fueron atendidos por equipos domiciliarios y un 17,9%, por hospitalarios, según los datos de 2007 que cita el informe.
«Aunque no nos lo creamos, en este país todavía hay miles de personas que requieren cuidados paliativos y que por diferentes razones no tienen acceso a ellos», ha subrayado hoy la Reina Letizia durante el discurso de apertura de la IV edición del Foro contra el Cáncer de la AECC. Es presidenta de honor de esta organización.
Al foro también ha acudido el ministro de Sanidad, Alfonso, Alonso, que ha afirmado que el «gran reto» de la sanidad pública es garantizar que todos los tratamientos lleguen a todos los pacientes y evitar que tengan «más o menos suerte» de recibirlos en función del lugar donde viven.