(Entrevista publicada hoy en diario SUR).-Se le nota a María del Carmen Francisco su entrega por el trabajo. En su caso, la salud. Médico del SAS y presidenta de la Sociedad Andaluza de Cuidados Paliativos, considera que la buena comunicación con el paciente y la información son fundamentales en situaciones terminales. A ellas tuvieron que enfrentarse casi 2.000 malagueños. El caso de una anciana onubense a la que se mantenía conectada a una sonda contra su voluntad ha reavivado el debate sobre el derecho a la muerte digna. En Málaga son ya 5.652 las personas que se han aferrado a él a través del testamento vital. De todo ello y de las necesidades en casos terminales habla Francisco.
-¿Qué se entiende por cuidados paliativos?
-Consisten en una atención integral al paciente y a la familia. No están relacionados con la eutanasia ni nada de eso, lo que se procura en todo momento es la calidad de vida.
-Normalmente se asocian a los enfermos oncológicos…
-Al principio se centraban en ellos, pero luego se han ido extendiendo a otras enfermedades.
-¿Por ejemplo?
-Insuficiencias cardiacas avanzadas, renales… Hay una clasificación, pero es difícil establecer el límite en el que un paciente llega a ser subsidiario de cuidados paliativos. El profesional es el que debe decidirlo, a partir de ahí lo más importante es el control de síntomas y la atención al paciente y a la familia. Se intenta garantizar que la persona no tenga dolor, que se sienta cómoda.
-¿A qué profesionales se recurre?
-Los cuidados paliativos se realizan de forma multidisciplinar. En el caso de un paciente oncológico, por ejemplo, el oncólogo, el cirujano, el trabajador social, el psicólogo…
-Pero no siempre se recibe el mismo trato…
-En este caso, el sistema sanitario está haciendo un esfuerzo para que todo el mundo pueda ser tratado de la misma manera, y que no sea cuestión de suerte que unos pacientes puedan ser tratados en domicilios y otros no, por ejemplo. Las unidades de cuidados paliativos se han incrementado en toda Andalucía, hay mucho por hacer todavía, pero estamos en el camino.
Testamento vital, una ayuda
–¿Y en qué medida ha influido la Ley de Muerte Digna? Precisamente hace unos días conocíamos que el número de testamentos vitales sigue aumentando…
-Es verdad que las voluntades vitales anticipadas poco a poco se van extendiendo. Cuando el enfermo está consciente, es capaz de comunicar al profesional sanitario, por ejemplo, que no quiere que le pongan una sonda nasogástrica, entonces eso se escribe en su historia y no hay ningún conflicto. El problema surge cuando la persona deja de estar consciente. Cada vez hay más información y los pacientes se animan a redactar las voluntades vitales anticipadas. Eso permite que los profesionales sepamos la mejor manera para actuar y que no haya conflicto moral. Es muy importante para nosotros no solo que el paciente tenga calidad de vida y que la familia sienta que ha hecho todo lo posible para que esté bien en todo momento. Esa tranquilidad es lo que permite prevenir el duelo patológico.
-¿Es un caso aislado entonces el que hemos conocido esta semana después de que la Junta tuviera que actuar para que se le retirara la sonda a una anciana de Huelva que no quería prolongar su vida?
-Normalmente, los profesionales que realizan los cuidados paliativos tienen buena comunicación y hacen un seguimiento del paciente, y habitualmente suele respetarse tanto su decisión como la de su familia.
-Málaga sigue siendo la provincia en la que más testimonios vitales se hacen. ¿A qué cree que se debe?
-Quizás al hecho de que haya más personas extranjeras, tienen otro nivel de formación e información. De todas maneras, yo creo que cada vez hay más conocimiento. Nosotros vemos día a día cómo las personas tienen las cosas cada vez más claras.
-¿Y qué es lo más importante a la hora de afrontar estas situaciones?
-La comunicación. Es importantísimo porque la toma de decisiones del paciente y la familia debe basarse en tener toda la información. Esa es nuestra labor. Lo que pasa es que las malas noticias son difíciles de dar y si el paciente no quiere saberlo todo, hay que respetarlo.
-Todavía cuesta hablar de ello.
-Claro, son situaciones dramáticas. Pero yo creo que hace falta más información, empezar a informar a los niños y a los adolescentes, y eliminar el tabú sobre el tema de la muerte. La muerte forma parte de la vida, es algo natural, pero a veces tenemos la tendencia a ocultarla y no querer afrontarla. Debemos tener miedo a morir con dolor, pero no a la muerte porque es una etapa más de nuestra vida.