La ponencia ‘Ética y Muerte Digna’ de Pablo Simón y Francisco Alarcos, miembros del Comité Autonómico de Ética e Investigación, ha generado desde enero cuando se incorporó a la web de la Consejería de Salud 4.895 descargas, lo que supone una media de 27 al día. ‘Ética y Muerte Digna’ ha servido como base para la redacción del proyecto de Ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte, aprobado recientemente por el Consejo de Gobierno y remitido al Parlamento para su debate.
Muchas de esas descargas se han realizado a través del enlace situado en este blog informativo Paliativos Andalucía, que en pocas semanas se ha convertido en un referente rápido y actualizado de este importante sector profesional de la sanidad andaluza, que es el que hará realidad la ejecución de la nueva ley.
Este texto sitúa a Andalucía como la única comunidad autónoma en contar con una normativa específica en la materia, ha informado la Consejería de Salud en un comunicado. El proyecto de Ley regula el ejercicio de los derechos del paciente durante la última etapa de la vida, asegura su autonomía y el respeto a su voluntad y dignidad, así como los deberes de los profesionales sanitarios encargados de la atención y las funciones de las instituciones y centros sanitarios. Entre los derechos reconocidos por este texto se encuentra el recibir, o no si así lo desea el paciente, información clínica veraz y comprensible sobre su diagnóstico y pronóstico, con el objetivo de ayudarle en la toma de decisiones.
La norma también establece la potestad del ciudadano de rechazar o paralizar cualquier tratamiento o intervención, aunque ello pueda poner en peligro su vida. Además, regula el derecho del ciudadano a recibir tratamiento del dolor, incluyendo la sedación paliativa cuando lo precise, y garantiza los cuidados paliativos integrales, que serán proporcionados, si la persona lo desea, en su domicilio siempre que no esté contraindicado.
El ciudadano podrá estar acompañado por su familia durante el proceso de la muerte, y los pacientes que tengan que ser hospitalizados tendrán derecho a una habitación individual durante su estancia, tanto en el ámbito público como privado.
El texto también refleja que los profesionales sanitarios que atiendan al paciente en su fase terminal deberán informarle sobre su situación y respetar las decisiones que tome sin imponer sus opiniones personales, morales, religiosas o fisiológicas.