Dentro de la profesión la despenalización de la eutanasia está lejos de ser un tema prioritario. Esta impresión ha sido corroborada en una extensa tesis doctoral presentada dentro de la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica de la Universidad de Zaragoza. Cuanto más cerca está el médico de la atención al paciente terminal menos partidario es del suicidio asistido. Lo que preocupa a oncólogos y paliativistas es que se aprueba una ley nacional de cuidados paliativos que asegure el acceso a esa asistencia.
Los médicos se oponen en mayor medida que la población general a despenalizar la eutanasia y los especialistas en cuidados paliativos y Oncología son los menos proclives. Miguel Ángel Cuervo, médico internista que trabaja en Cuidados Paliativos en Badajoz, ha presentado su tesis doctoral Actitudes y opiniones de los médicos ante la eutanasia y el suicidio asistido, de la que se extraen las anteriores conclusiones. A partir de discusiones en grupos focales, el facultativo ha realizado un exhaustivo trabajo académico explicado en 400 folios, que ha presentado dentro de la actividad investigadora de la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza.
La investigación cualitativa pone de manifiesto que «gran parte de los profesionales reconocen una deficiente preparación para afrontar los deseos anticipados de muerte de los enfermos en situación terminal». Y, además, que aunque las razones que esgrimen los pacientes son «complejas y multifactoriales, los aspectos psicológicos, existenciales y sociales tienen más peso que aquéllos directamente relacionados con aspectos físicos, como el dolor».
Retos en la atención final
Los profesionales que trabajan con enfermos terminales conocen esta problemática, como se puso de manifiesto en el IX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal), que se celebró el pasado mes de mayo en Badajoz (ver DM del 9-V-2012). Los expertos saben que en el tratamiento del enfermo terminal la dimensión afectiva cobra una importancia capital.
Harvey Chochinov, psiquiatra canadiense, ha recorrido medio mundo explicando su herramienta para medir el impacto emocional e intervenir ante los retos «psicológicos, existenciales y espirituales» a los que se enfrentan los pacientes terminales. Chochinov estuvo en el Congreso de la Secpal presentando su trabajo ante un auditorio lleno.
En el mismo encuentro, Josep Porta, del Instituto Catalán de Oncología del Hospital del Llobregat de Barcelona y uno de los mayores expertos en cuidados paliativos de España, abordó otro de los temas que se ponían en evidencia en la investigación de Cuervo: las dificultades del profesional sanitario para entender los deseos del paciente. Sobre esta cuestión, Porta señaló que «el reto futuro de los equipos de paliativos es comenzar a abordar la actuación programada de esta atención». Porta advertía de la conveniencia de instar al enfermo oncológico en una primera fase de la enfermedad a dejar registrado los deseos, valores y creencias, que quería se respetasen durante la atención médica en su fase terminal. Pero este reto no es fácil, según advirtió el facultativo, porque una persona saludable no piensa en que se va a morir. Como muestra de este razonamiento se mencionan los registros de últimas voluntades, que los expertos en paliativos califican de fracaso porque son muy pocos los que hacen uso de esta posibilidad.
Perspectiva internacional
Rogelio Altisent, vocal de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC), y Javier Rocafort, expresidente de la Secpal, han sido los directores de la tesis doctoral sobre la eutanasia. Altisent ha señalado el valor de la investigación para determinar que «los que entienden de cuidados paliativos no están preocupados de la legalización de la eutanasia, sino de la calidad asistencial que se ofrece al enfermo terminal, y cuanto más entiende el facultativo con más claridad manifiesta esa preocupación».
El trabajo ha buceado en la biografía internacional sobre la legalización de la eutanasia y los cuidados paliativos, concluyendo que en países como Holanda y Bélgica, donde esta práctica está despenalizada, existe una amplia documentación a favor de su legalidad.
Esta semana Francois Hollande, presidente de Francia, ha señalado su intención de abordar la revisión de la ley de atención al final de la vida francesa, en unas declaraciones que han sido interpretadas por algunos medios como la intención de despenalizar la eutanasia. Sobre las declaraciones del presidente francés, Altisent señala que «Francia al igual que España cada poco tiempo renueva su debate sobre esta cuestión, aunque en el país vecino se ha llegado a aprobar una ley nacional de cuidados paliativos, y en España no». Y es que si una regulación preocupa a los paliativistas, ésta no es la de despenalizar la eutanasia, sino la aprobación de una ley nacional que asegure el acceso a unos cuidados de calidad en toda España y la profesionalización de los médicos que atiendan en paliativos. «Si el Gobierno decide hacer una norma nacional sobre paliativos no tiene más que decírnoslo, porque la Organización Médica Colegial (OMC) y la Secpal tenemos ya un texto elaborado, así que se la daríamos medio hecha.» Altisent deja ahí la propuesta.
________________________________________________________________________________________________
CONCEPTOS
La tesis doctoral de Miguel Ángel Cuervo, médico internista, admite que existe una confusión entre sedación paliativa y eutanasia. La Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal) ha definido los dos conceptos. La sedación paliativa es la disminución deliberada del nivel de conciencia del enfermo mediante la administración de los fármacos apropiados con el objetivo de evitar un sufrimiento intenso causado por uno o más síntomas refractarios. Y la eutanasia se refiere a una conducta (acción u omisión) intencionalmente dirigida a terminar con la vida de una persona que tiene una enfermedad grave e irreversible, por razones compasivas y en un contexto médico.
Fuente: Diariomedico.com