En el debate sobre la eutanasia y la muerte asistida, algo a lo que he dedicado bastante tiempo, solemos decir que no estamos en contra de la libertad de las personas, muy al contrario, tratamos de defenderla al máximo.
Suele ocurrir que no se suele considerar en la defensa de la libertad de las personas, cómo influyen los condicionantes no biológicos en el deseo de morir. El dolor total también sirve para explicar cómo las coacciones a nuestra libertad no surgen sólo del sufrimiento que nos provoca una lesión de un órgano, sino que pueden surgir de todo aquello que se explica con el concepto de dolor total. Estas coacciones, no biológicas, son invisibles para muchos, y sin embargo son las más importantes en el moderno deseo de morir; están presentes cada vez más y, a mi juicio, explican porqué las sociedades mueven su mundo de valores, su cultura, hacia la aceptación de situaciones que deshumanizan el sufrimiento de las personas. Esta es la pendiente resbaladiza de la eutanasia: la invisibilización del dolor total; en parte por ignorancia, y en parte por la ideología actual que construye una antropología que deshumaniza lo que una persona es.
El texto que cito a continuación es un texto real, con modificaciones, de la asistencia dada a una persona que atendemos hace meses y que hoy ingresaremos para darle dignidad como persona en el proceso final de su vida. La coacción económica para usar la eutanasia es evidente, salvo que no quieras verlo.
Hablo con su amigo porque ha solicitado visita urgente del equipo médico de atención domiciliaria.
Comenta que la situación de dependencia ha cambiado, siendo actualmente dependiente para todas las ABVD : «no puede ni abrir la puerta». Se han planteado la opción de la residencia, puesto que mañana a las 19h, su amigo se vuelve a su casa fuera de aquí, quedando de nuevo sola en el domicilio, Cuando se aborda la posibilidad de los recursos económicos destinados a la residencia, comenta que sólo dispondría de entre 300 y 400€. Afrontamos la imposibilidad de encontrar una residencia con esos recursos económicos que pueda ser un espacio apto para ella. Comenta que sus ingresos ascienden a 1400€ por una incapacidad absoluta, y con ella abona la hipoteca del domicilio.
Se aborda la solicitud de Ley de Dependencia, comenta que tiene aceptada el Grado II con 45h/mensuales desde agosto, pero nunca han llegado a materializarse.
Su amigo nos comenta que “ha pensado en pedir la eutanasia porque así no puede estar”, se confronta dicha decisión con el trabajo previo del equipo era, mi actual llamada para búsqueda de recursos y la VD para conocer los cambios del EM en el día de mañana.
Se indica que realizaré visita en el día de mañana, y planteo posibilidad de que inicien conversación para el reajuste económico, con idea de buscar cuidadora interna.Se envía informe a servicios sociales comunitarios solicitando coordinación, pero no es una opción de respuesta a plazo inmediato.
Llamo a diferentes residencias sin posibilidades de ingresos, falta de camas, dificultades económicas y usuarios con alteraciones de la conducta que no propician el ingreso.
Pendiente de visita mañana.