Si hay algo que todos podemos tener claro en la vida es que nos vamos a morir.
Seguramente no podremos elegir cómo moriremos, ni cuándo va a ser, pero tarde o temprano, la parca vendrá a buscarnos.
Así es.
Como no podemos decidir cuándo vamos a tener un accidente o vamos a enfermar ni cómo va a ser esta enfermedad o las complicaciones que pueda tener, es importante reflexionar sobre algunos temas con suficiente antelación y que las personas allegadas tengan claro cómo actuar en situaciones que, de por sí, son complicadas para todo el mundo.
Pretendo, con este post, aportar un poco de luz en el complejo tema de la muerte digna, más que nada aclarando un par de conceptos, para que, llegado el momento, al menos, tengamos ciertas cosas superadas.
1. ¿Qué es morir dignamente?
Lo primero que he de decir es que es un concepto abstracto y que puede tener significados distintos para cada persona.
Se conoce como muerte digna a aquella en la que la persona dispone, con libertad y en plena posesión de sus facultades, cómo quiere que sean los momentos finales de su vida, cuando tenga una enfermedad o padecimiento terminal e irreversible, y pueda decidir morir pacíficamente y sin sufrimientos si esta es su voluntad.
2. ¿Qué son las voluntades anticipadas o testamento vital?
El documento de voluntades anticipadas (también conocido como testamento vital) es un documento en el que la persona indica sus deseos con respecto a las atenciones médicas que quiere o no recibir si padece una enfermedad terminal que le haya llevado a un estado que le impida expresarse por sí mismo.
Algunas comunidades autónomas, como Euskadi o Madrid, disponen de un registro de últimas voluntades. En caso de no tener este tipo de registros, se puede firmar ante notario o ante tres testigos, dos de los cuales no pueden ser familiares.
3. La importancia de las voluntades anticipadas o testamento vital
Más allá de consideraciones legales (que las hay), desde el punto de vista del paciente o de los familiares o allegados, disponer de un documento en el que la persona que se encuentra mermada en sus facultades para poder expresar sus decisiones ya haya dejado patente lo que quiere y lo que no quiere en sus horas finales, ha de ser de gran ayuda.
Del mismo modo que una persona decide cómo quiere vivir, también ha de decidir cómo quiere morir.
4. Muerte digna no es lo mismo que eutanasia
Etimológicamente eutanasia es “muerte buena”. Se dice que hay eutanasia cuando se acelera o provoca la muerte de una persona para evitarle sufrimientos.
La muerte digna u ortonasia no acelera ni provoca, sólo procura tratamientos paliativos que eviten sufrimiento (analgesia, opióides, sedación…) ante enfermedades incurables y terminales hasta que la muerte llegue.
5. ¿Qué es una enfermedad terminal?
Una enfermedad terminal es aquella en la que ya no es posible detener el curso de la misma. Cuando el tratamiento se hace paliativo y se concentra en la reducción del dolor.
Para entendernos: un cáncer no es terminal mientras hay terapias que pueden controlar el crecimiento o extensión de la tumoración.
Una enfermedad terminal es también aquella en la que el paciente necesita ayuda mecánica (respiradores, alimentación asistida, etc) para poder sobrevivir.
6. ¿Qué son los momentos finales de la vida?
Que una enfermedad sea terminal no significa que, desde ese momento, uno esté en los momentos finales de la vida. De hecho, hay pacientes con enfermedades en estado terminal cuyo estado se puede prolongar por meses o años con ayuda mecánica o terapéutica.
Los momentos finales de la vida, lo que se conoce como agonía, transcurren en poco tiempo. Pueden ser unos pocos días o unas pocas horas. Clínicamente hay cambios que hacen que se sepa cuándo este momento ha llegado.
7. La sedación terminal
Hay varios tipos de sedaciones y cada uno de ellos responde a las necesidades clínicas.
En el caso que nos ocupa, la sedación terminal es la que se aplica para lograr el alivio (inalcanzable con otras medidas) de un sufrimiento físico y/o psicológico, mediante la disminución suficientemente profunda e irreversible de la conciencia de un paciente cuya muerte se prevé próxima y con su consentimiento explícito, implícito o delegado. Por eso es tan tan importante el documento de voluntades anticipadas.
8. ¿La sedación acorta la vida?
La sedación terminal puede acortar la vida, pero ¿qué vida? ¿de qué estamos hablando?
Estamos hablando de una persona que está agonizando y que no tiene ni una esperanza clínica. No hay ni una sola posibilidad de que esta persona sobreviva y de lo que se trata es de que estos últimos momentos sean confortables y de que no haya sufrimiento.
9. El conflicto moral
El conflicto moral surge cuando, en la etapa final de la vida, se pretende salvaguardar ésta por encima de cualquier otra consideración: incluyendo el sufrimiento físico y psícológico.
¿Qué es mejor, vivir un día más entre dolores insoportables o vivir un día menos sin sufrimiento?
Yo lo tengo claro.
Es algo en lo que no solemos pensar y en lo que influyen cientos de cosas, desde la religiosidad a la cultura, pero conviene reflexionar serenamente y dejar nuestras conclusiones para que, en caso de ser necesarias, nuestros familiares o allegados y, en definitiva, el equipo médico sepan a qué atenerse.
10. El dolor y el sufrimiento
El sufrimiento es un dolor espiritual, así que vamos a hablar de dolor.
El dolor es algo subjetivo.
Si no, piensa en un futbolista a quien acaban de dar una patada en la espinilla y piensa en ti mismo cuando te ha pasado. O piensa lo que sentiste cuando te dieron una mala noticia en unas u otras circunstancias. No es lo mismo. Cada uno lo siente distinto y depende de mil factores.
El dolor físico se puede paliar con analgesia y se puede subir la dosis de la misma hasta dejar de existir.
El dolor psicológico también se puede tratar, pero implica mucho desgaste emocional para las personas que están cercanas y que, quizá, también necesitarán tratar su propio dolor.
Para todos (pacientes y familias) hay posibilidad de buscar apoyo en profesionales.
11. La complicidad con el equipo médico
Es un punto fundamental. Complicidad tanto por parte del paciente, como por parte de sus familiares. Es importantísimo que, desde el primer momento, fluya la comunicación entre el equipo médico y el paciente y su entorno. Si todos tenemos claro lo que hay, lo que hacer en cada caso, hay pasos que, aunque duros y necesarios, serán menos difíciles.
12. Los eufemismos
Para terminar, quiero mencionar los eufemismos múltiples con los que nos hemos dotado para no llamar a las cosas por su nombre y, de paso, evitarnos pensar en cosas desagradables: ¿etapa final de la vida? Vale, en todos los manuales la agonía recibe este nombre. Así es más aséptico. Pero nos vendría bien a todos aprender a convivir con lo inevitable, que es que la única certeza que tenemos en esta vida es que, tarde o temprano, nos tocará enfrentarnos con la muerte.
Si necesitáis más información o ayuda o apoyo o lo que sea, sabed que “muerte digna” es un dominio que está en poder de la conferencia episcopal (yo flipo), y que asociaciones como DMD están para brindaros soluciones en estos momentos difíciles.
Fuente: Una docena de…